martes, 27 de agosto de 2013

ACIDENTES DE TRAFICO Y TDAH

FOTO DE MARIA MUÑOZ


"Intercambiar mensajes de texto está en otro orden de magnitud en comparación con otras distracciones. Es una preocupación que hay por los adolescentes en todas partes, y los niños con TDAH tienen un riesgo mucho mayor", señaló el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven and Alexandra Cohen de Nueva York, en New Hyde Park. 

El TDAH y el texting son un doble problema para los conductores adolescentes

Los adolescentes con un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) son peores conductores que sus pares que no sufren del trastorno, y enviar y leer mensajes de texto solo agrava los problemas en la carretera, muestra un estudio reciente
- Además, enviar mensajes de texto al volante distrae hasta tal punto que hace que los adolescentes normales conduzcan tan mal como los que tienen un TDAH, lo que pone de relieve el peligro de cualquier conductor de intentar intercambiar mensajes y conducir un coche al mismo tiempo, indicaron los investigadores. 


Adesman ha estudiado el problema de los adolescentes que intercambian mensajes de texto mientras conducen, pero no participó en esta investigación. Aproximadamente la mitad de los adolescentes reconocen que envían mensajes de texto al volante, según un estudio publicado recientemente en la revista Pediatrics. 
FOTO DE MARIA MUÑOZ

Aproximadamente unos 6.4 millones de niños en EUA menores de 18 años han sido diagnosticados de TDAH en algún momento de su vida, según las autoridades de salud de EUA Para realizar el nuevo estudio, publicado en línea el 12 de agosto en la revista JAMA Pediatrics, los investigadores contaron con la colaboración de 61 conductores que tenían 16 y 17 años de edad. Casi la mitad de ellos tenía el trastorno. 

A los niños con el TDAH a menudo se les receta una medicación estimulante para controlar síntomas como la falta de atención y la impulsividad. Pero ya que los investigadores afirman que la mayoría de los adolescentes conducen de noche y durante los fines de semana, momentos en los que es menos probable que hayan tomado la medicación, se pidió a los conductores adolescentes que no tomaran los fármacos. 

Todos los adolescentes manejaron un simulador de conducción durante 40 minutos. Durante la mitad del tiempo, los investigadores les permitieron conducir por zonas urbanas y rurales sin que hubiera ninguna distracción. Durante dos periodos de 10 minutos, condujeron mientras hablaban con el teléfono celular o mientas se intercambiaban mensajes de texto con un investigador que les hacía preguntas desde otra habitación. 

En general, los adolescentes con TDAH tuvieron muchos más problemas para permanecer en su carril y mantener una velocidad constante que los niños con una atención normal. En promedio, se salieron de su carril durante un 1.8 por ciento del tiempo. 

Sus expedientes de conducción parecían reflejar estas dificultades. Aproximadamente el 17 por ciento de los adolescentes con el TDAH han recibido al menos una multa de tráfico, comparados con el 6 por ciento de los que no tienen el trastorno. 

Y cuando se les pidió que atendieran a los mensajes de texto, sus problemas de conducción casi se duplicaron. Se desviaron de su carril o pisaron el arcén durante aproximadamente un 3.3 por ciento del tiempo. 

"Eso es un montón de tiempo fuera del carril mientras conduce un joven o cualquier otro conductor", afirmó el autor del estudio, Jeffery Epstein, director del centro para el TDAH del Centro Médico del Hospital Pediátrico de Cincinnati, en Ohio. 

Las dificultades experimentadas al intercambiar mensajes de texto fueron evidentes para todos los conductores. Cuando pidieron a los adolescentes sin un TDAH que intercambiaran mensajes de texto, pasaron aproximadamente el 2 por ciento de su conducción rebasando las líneas de los carriles, con lo que sus distracciones fueron tan graves como las de aquellos con un diagnóstico de TDAH. 

"Todos los niños han de dejar de atender a los mensajes de texto mientras están al volante", afirmó Epstein. "El impacto de enviar y recibir mensajes de texto es tan grande que el hecho de que estos niños lo hagan al conducir les pone en tal peligro, tanto a ellos como a los demás conductores, que es necesario que no se ponga en práctica solamente una política de detención del intercambio de mensajes de texto al volante, sino también una de refuerzo", señaló. 
Los padres juegan un papel muy importante a la hora de controlar el problema. Adesman recomienda a los padres que impriman un compromiso escrito que se encuentra en línea y que pidan a los adolescentes que lo firmen, como el que hay disponible en la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Autopistas de EUA , y usarlo como un medio para empezar una conversación sobre este problema. 

También se recomienda: las aplicaciones de los teléfonos celulares o los dispositivos fáciles de instalar en los coches que apagan un teléfono al detectar que el coche se está moviendo, comentó Adesman. 

Los problemas de atención de los que sufren del TDAH son más difíciles de tratar, pero Epstein comentó que está haciendo pruebas de intervenciones conductuales que confía que puedan servir de ayuda. 

"El déficit que los niños con el TDAH parecen tener es que tienden a desviar la mirada de la carretera durante más tiempo que los conductores experimentados", explicó. 

Epstein afirmó que los sistemas de rastreo de la mirada que hacen sonar una alarma o que el asiento del coche vibre mientras el conductor no está mirando al tráfico durante más de dos segundos podrían ayudar a los niños a ser más conscientes del problema y a que lo corrijan por sí mismos. 

"Ese el tipo de cosas que serían interesantes si funcionan", afirmó. 

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare 


FUENTES: Andrew Adesman, M.D., chief, developmental and behavioral pediatrics, Steven and Alexandra Cohen Children"s Medical Center of New York, New Hyde Park, N.Y.; Jeffery Epstein, Ph.D., director, center for ADHD, Cincinnati Children"s Hospital Medical Center, Ohio; Aug. 12, 2013, JAMA Pediatrics, online HealthDay

¿Está el TDAH en la infancia asociada con síntomas de acumulación de por vida? Un estudio epidemiológico.


(Is adhd in childhood associated with lifetime hoarding symptoms? An epidemiological study.)
Autor-es: Miquel A. Fullana; Gemma Vilagut; David Mataix-Cols...(et.al)

Antecedentes. Aunque los síntomas de acumulación han sido tradicionalmente conceptualizados como parte del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), los datos recientes sugieren que pueden estar más estrechamente relacionados con los síntomas del déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y, en particular, la falta de atención. El objetivo del presente estudio epidemiológico fue investigar la asociación entre los síntomas del TDAH reportados retrospectivamente en la infancia y los síntomas de acumulación de vida.

Métodos. Retrospectivamente el TDAH infantil reportado, y los síntomas obsesivo- compulsivo y de acumulación de vida se evaluaron con la Entrevista Diagnóstica Internacional Compuesta 3,0 en una submuestra aleatoria de individuos (n = 2.963) que participaron en una encuesta transversal de la población general adulta de nueve países europeos, como parte de las Encuestas de Salud Mental Mundial (WMH).

Resultados. Los síntomas de acumulación de por vida fueron más comunes entre las personas con síntomas de TDAH infantil que aquellos sin síntomas de TDAH (8,9% versus 2,7%, p = 0,024). La falta de atención infantil (pero no la hiperactividad) se asoció con síntomas de acumulación de vida (OR = 6,04, IC 95 = 3,59 a 10,1%) y esta asociación siguió siendo significativa después de controlar por la presencia de síntomas obsesivo-compulsivos.

Conclusión. Ahora son necesarios estudios longitudinales para explorar la hipótesis de que los síntomas de falta de atención en la infancia puede ser un precursor de las dificultades de acumulación más adelante.

Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:onlinelibrary.wiley.com/journal/10.1002/(ISSN)1520-6394

Abstract

Background. Although hoarding symptoms have been traditionally conceptualized as part of obsessive-compulsive disorder (OCD), recent data suggest that they may be more closely related to attention-deficit hyperactivity (ADHD) symptoms and, in particular, inattention. The aim of the present epidemiological study was to investigate the association between retrospectively reported ADHD symptoms in childhood and lifetime hoarding symptoms.

Methods. Retrospectively reported childhood ADHD, and lifetime hoarding and obsessive-compulsive symptoms were assessed with the Composite International Diagnostic Interview 3.0 in a random subsample of individuals (n = 2,963) participating in a cross-sectional survey of the adult general population of nine European countries, as part of the World Mental Health (WMH) Surveys.

Results. Lifetime hoarding symptoms were more common among individuals with childhood ADHD symptoms than those without ADHD symptoms (8.9% versus 2.7%, P = 0.024). Childhood inattention (but not hyperactivity) was associated with lifetime hoarding symptoms (OR = 6.04, 95% CI = 3.59–10.1) and this association remained significant after controlling for the presence of obsessive-compulsive symptoms.

Conclusion. Longitudinal studies are now needed to explore the hypothesis that inattention symptoms in childhood may be a precursor of hoarding difficulties later in life.

LACTANCIA MATERNA Y TDAH


Investigadores israelíes han descubierto que los bebés amamantados tienen menos opciones de desarrollar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que los alimentados con leche de fórmula.
Los pediatras animan a las madres a amamantar a sus recién nacidos debido a que la leche materna es una nutrición óptima para el bebé, es más fácil de digerir y contiene anticuerpos que ayudan a su sistema inmunológico y hormonas que le tranquilizan.
A todos estos beneficios podría sumarse ahora el de prevenir que se desarrolle el TDAH, de acuerdo a un estudio dirigido por la doctora Aviva Mimouni-Bloch de la Facultad de Medicina de Tel Aviv, que ha demostrado que entre los niños que padecen este trastorno hay menor proporción de amamantados.
Aunque los investigadores son cautos y advierten de que sólo han probado la existencia de una relación significativa entre la lactancia materna y una menor incidencia de la hiperactividad en la infancia (incluso teniendo en cuenta factores típicos de riesgo), el estudio sugiere que dar el pecho podría servir de potente protector contra el TDAH.
Este es uno de los trastornos de conducta más comunes diagnosticados en niños y adolescentes, de naturaleza heterogénea y multifactorial, por lo que es improbable encontrar una única causa.
Publicado en la revista "Breastfeeding Medicine" y presentado en el congreso de la Academia de Sociedades Pediátricas celebrado en Washington en mayo, el estudio se centró en los hábitos de lactancia que los padres dieron a sus hijos, que dividió en tres grupos.
El primero, constituido por 56 niños diagnosticados con TDAH; el segundo, formado por 52 hermanos de niños con ese trastorno, y el tercero, de 51, es el grupo de control, sin ninguna relación genética con el mismo.
Los resultados revelaron una clara relación entre la lactancia con leche de fórmula y el TDAH. Así, los que habían sido criados con biberón a los tres meses tenían tres veces más posibilidades de padecer el trastorno que aquellos que habían recibido el pecho.
La metodología consistió en una comparativa de las historias clínicas de niños con edades comprendidas entre los seis y doce años que habían ingresado por diferentes razones en el Hospital pediátrico Schneider de Petaj Tikva (Israel).
Los progenitores rellenaron un cuestionario detallado sobre cómo habían alimentado a sus hijos, si exclusivamente con fórmula o también lactancia materna, así como factores que pueden influir en la aparición del TDAH, como situación familiar, nivel educativo de los padres, problemas durante el embarazo tales como la hipertensión o diabetes, peso del neonato o relación genética con el TADH.
Tomando todos estos factores en consideración, los investigadores descubrieron que los niños con hiperactividad tenían una probabilidad mucho menor de haber mamado en el primer año de vida en comparación con los pertenecientes a los otros grupos.
A los tres meses, sólo el 43 % de diagnosticados con TDAH había sido dados de mamar en relación con el 69 % del grupo de los hermanos y el 73 % del de control.
"Vimos que existe una asociación significativa entre el TDAH y la falta de amamantamiento a los tres meses" explicó a Efe la doctora Mimouni-Bloch, que también dirige el Centro de Neurodesarrollo Infantil del Hospital Loewenstein.
"Sabíamos que el factor genético era determinante, pero nos sorprendimos al encontrar diferencias significativas entre los que no fueron amamantados a los tres meses y los otros grupos", apostilló.
A los seis meses, el 29 % de los afectados con el trastorno había sido amamantado, frente al 50 % del grupo de hermanos y al 57 por ciento del de control.
Y a partir de esta edad se reduce drásticamente el porcentaje de niños con TADH que habían recibido el pecho, lo que apunta a la posibilidad de que la duración de la lactancia materna pueda desempeñar un papel fundamental en esta relación.
Los investigadores no han podido determinar cuáles son los mecanismos que podrían intervenir en esa relación, si pueden ser los componentes de la propia leche materna, el lazo que se establece entre la madre y el bebé durante el amamantamiento o ambos.
Respecto al tiempo recomendable para impedir la aparición del trastorno tampoco hay una pauta precisa, según el estudio.
"No podemos decir hasta cuándo se debe dar el pecho para evitar el TDAH, pero el plazo de seis meses recomendado por la OMS nos parece muy razonable", subraya Mimouni-Bloch.
El estudio de la Universidad de Tel Aviv se suma a otra investigación de un hospital de Nueva York con resultados que apuntan a una tendencia similar siguiendo otra metodología, lo que de acuerdo a la doctora israelí, refuerza su tesis.
Con información de EFE