Protocolo diagnóstico para TDA-H
En primer lugar es importante subrayar que actualmente no existe ninguna prueba ni médica ni psicológica (test, analítica, resonancia, o imagen cerebral) que pueda asegurar al 100% si un niño/a tiene o no Trastorno por déficit de atención e hiperactividad y por tanto, sirva como herramienta diagnostica única para el TDA-H.
Para obtener un buen diagnóstico se deben realizar una serie de pruebas médicas y clínicas por parte de profesionales especializados en la salud infanto-juvenil y el campo de la salud mental infantil, como neurólogos, neuropediatras, psiquiatras infantiles o psicólogos clínicos.
Pruebas médicas
Antes de realizar ningún diagnóstico debiéramos asegurarnos que no estamos ante un problema de tipo fisiológico, por lo que es preciso realizar pruebas médicas para descartar otras patologías como:
Además los profesionales de Neuropediatría y Neurología suelen pedir un encefalograma y/o escáner cerebral, no como pruebas determinantes de diagnóstico de TDAH, sino para descartar otras posibles patologías como ausencias, epilepsia, etc.
Pruebas clínicas
Para efectuar el diagnóstico, el profesional puede realizar una serie de pruebas básicas que a continuación se señalan. Es importante destacar que, actualmente, no hay ninguna prueba que diagnostique el TDAH, estas pruebas son orientativas y su función es facilitar el diagnostico
El profesional debiera realizar las siguientes pruebas psicodiagnósticas:
Observación conductual y entrevista con el niño:
Se tendrá que efectuar una entrevista con el niño para observar su conducta. Los aspectos a valorar serán si mantiene una actitud participativa, si es correcto en las intervenciones, sus habilidades comunicativas, sus habilidades resolutivas, su expresión corporal, su respuesta al entorno, su opinión ante el centro escolar y su familia, etc.
Para realizar un diagnóstico correcto, se realizará una entrevista con los padres para recabar información de las características que presenta su hijo y de la frecuencia con la que realiza las conductas señaladas. Además, es necesario conocer los problemas que presentan en el entorno familiar sobre cómo está estructurada la familia, si disponen de límites y normas, la comunicación entre los diferentes miembros, la existencia de problemas previos en el historial del niño o algún miembro familiar, el impacto que supone en la familia la problemática del niño, la relación con los hermanos, etc. El historial familiar es determinante a la hora de realizar la entrevista diagnóstica.
Información del centro escolar
El profesional deberá recomendar a los padres concertar una entrevista con los profesores del centro escolar para informarse de las dificultades del niño en el centro y aportar el informe psicopedagógico en el que caso de que lo tuvieran. El profesional pedirá datos sobre el niño a nivel académico, social y emocional relacionado con el ambiente escolar. La información de cómo es el rendimiento académico y social del niño, es parte fundamental para elaborar un perfil de su registro de conductas.
Uso de los criterios diagnósticos
El TDA-H debe diferenciarse de otros trastornos psiquiátricos como los de comportamientos disruptivo (trastorno negativista desafiante, Trastorno oposicionista), trastornos del estado de ánimo (depresión y trastorno bipolar), trastorno de ansiedad (incluyendo secuelas de abuso y abandono, estrés postraumático y fobias), trastornos del espectro autista y en el caso de los adolescentes trastorno por abuso de sustancias (TEA). En ocasiones también puede asociarse o presentar problemas de lenguaje y/o retraso mental. Para poder realizar de forma correcta el diagnóstico diferencial deben emplearse de forma rigurosa los criterios diagnósticos recogidos en los manuales de diagnóstico clínico DMS-IV (Asociación Americana de psiquiatría, APA) o CIE-10 (Organización Mundial de la Salud, OMS.) De esta forma el profesional podrá constatar con precisión si estamos ante un diagnóstico de TDA-H o por el contrario se trata de otro tipo de patología, o es un cuadro mixto.
Evaluación del capacidad intelectual
También es una prueba fundamental para poder determinar la presencia o no del trastorno, es valorar la capacidad intelectual del niño/a, con el fin de descartar que los posibles problemas que pueda presentar no se deban a un problema de un bajo nivel intelectual, o puedan estar ante un caso de altas capacidades, y sea éste el origen de las posible dificultades académicas, sociales y/o personales.
En ocasiones niño/a con CI por encima de la media, presenta síntomas de falta de motivación, problemas de atención y concentración, malas relaciones sociales, que pueden llevar a un error en la sospecha diagnóstica.
Para valorar el nivel intelectual se emplean pruebas como la Escala de Preescolar y Primaria de inteligencia de Wechsler (WPPSI-III) para niños/as de 2 y 6 meses a 7 años y 3 meses, la Escala de inteligencia de Wechsler para niños (WISC-I,) para niños de 6 a 16 años y la Escala de inteligencia de Wechsler para adultos (WAIS-IV) de entre 16 a 90 años.
La mayoría de los niños con TDA-H no necesitan de analíticas complejas, electroencefalograma (EEG), ni pruebas de neuroimagen como un TAC o una resonancia magnética (RMF). A veces le medico puede pedir una analítica general básica en el caso de sospecha de anemia o problema de tiroides.
Descartar problemas de audición y visión es fundamental cuando existe una sospecha de que el niño no atiende bien o tiene problemas para seguir las instrucciones cuando se le habla o se le indica hacer algo, pero aparece como un problema aislado y no se acompaña de comportamientos o conductas significativas o tiene la necesidad continua de que se le repitan las cosas (audición) o se le dé otra oportunidad de comprobar y repasar con la vista (visión).
La pruebas psicopedagógicas y de evaluación de dificultades de aprendizaje que se realizan en los centros por los equipos y unidades de orientación, son importantes a la hora de identificar posibles problemas comórbidos o añadidos al trastorno. Las conclusiones de la valoración que psicopedagógica nos da información acerca de aspectos cognitivos, conductuales sociales, actitudinales y académicos del niño/a.
Evaluaciones ordenadas según indicación y necesidad para el diagnóstico del TDA-H.
Recomendaciones de actuación
Si consideramos que a nuestro hijo no se le han hecho las pruebas médicas o clínicas recomendadas, solicitaremos, por escrito, una nueva revisión o un cambio de profesional.
Si ante un cambio o una nueva exploración el tiempo de espera es excesivo, podemos recurrir a un centro privado para que le realicen las pruebas necesarias y así acudir con los resultados a la cita solicitada.
Recordamos que no todas las pruebas son necesarias, dependiendo del caso concreto se aplicarán unas u otras. Los resultados o conclusiones de la evaluación deberán quedar plasmados en un informe clínico especificando un resumen de las pruebas realizadas y sus resultados, en algunos casos también pueden aparecer, orientaciones y/o recomendaciones de cara al niño/a y la indicación o no de tratamiento farmacológico y en caso afirmativo, la dosis y el fármaco prescrito.
BIBLIOGRAFÍA
Soutullo, C. y Díez, A. (2007) Manual de diagnóstico y tratamiento del TDAH. Ed. Médica Panamericana: Madrid.
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