RESPUESTA.-
Las pruebas de neuroimagen son una herramienta muy valiosa en investigación, sin embargo a día de hoy no se consideran útiles para hacer el diagnóstico del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en la práctica clínica. Tampoco se ha observado que sean predictores de la respuesta al tratamiento.
Los estudios de neuroimagen de investigación han indicado que los niños con TDAH comparado con niños sin trastornos psiquiátricos tienen un volumen de corteza reducida tanto
de sustancia gris como sustancia blanca. No obstante, existe mucho solapamiento entre los pacientes y los controles. Los estudios de investigación de resonancia magnética nuclear funcional,
aunque se encuentren en un estado preliminar, han mostrado que niños con TDAH comparados con controles muestran diferencias en la activación de regiones cerebrales en el caudado, lóbulos frontales y cíngulo anterior.
En la evaluación de un paciente con TDAH, la asociación americana de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia recomienda que si la historia médica del paciente no es significativa, no se realicen estudios de laboratorio ni neurológicos. En este sentido no recomienda el uso de
estudios neurológicos (electroencefalograma, resonancia magnética nuclear, tomografía de emisión de protones ni SPECT) salvo que haya una causa médica que lo justifique.
Juan José Carballo
Psiquiatra infantil y de la adolescencia de la Fundación Hospital Jiménez Díaz de Madrid
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