martes, 20 de diciembre de 2011

Las emociones son parte del TDAH


RUSSELL A. BARKLEY: Evidencias de que las emociones son parte del TDAH



Resumen Ponencia Russell A. Barkley 
IX Jornada Fundación Educacion Activa (14 de diciembre de 2011, Madrid)
II PARTE
En el curso de la historia, desde 1770 ya se nombró a las emociones como una parte del trastorno, con unas u otras palabras, emociónales/apasionados etc, y así sucesivamente en todos los posteriores estudios, hasta 1968 en que desaparece todo rastro de las emociones en la publicaciones.
La neuroanatomía del TDAH también nos proporciona evidencias. Existen hasta 5 regiones del cerebro identificadas, que están infradesarrolladas, más pequeñas, menos funcionales, entre otras, la corteza derecha prefrontal, los ganglios basales, el cerebelo y el cuerpo calloso.
Este es el circuito que regula las emociones, y con el trastorno se presenta alterado. El lóbulo frontal interfiere en el manejo del tiempo, no pudiendo estar personas gestionar el tiempo, y las conexiones hacia las amigdalas, tambien alteran el sistema límbico o circuito caliente, donde se evalúa el riesgo y consecuencias de lo que vamos a hacer, la importancia. El futuro no tiene ningún tipo de apoyo dentro del cerebro ejecutivo de una persona con TDAH.
Los estudios de Barkley le han llevado a esbozar una nueva teoría y definición sobre el TDAH. Esta teoría será publicada en los próximos meses, y tiene como idea principal  la de que el TDAH desequilibra las emociones,  proporcionando así una explicación del porqué del TDAH.
Todo gira en torno a la capacidad de gestionar el tiempo, o a ti mismo respecto al tiempo. Esta auto-gestión del tiempo es fundamental para entender el trastorno, así como la auto-organización, la resolución de problemas, la inhibición, la auto-regulación de emociones, la contención, la auto-motivación. Definitivamente, entre el 87% y 98% presentan alguno de estos problemas.
Otra prueba de la importancia de las emociones en el TDAH es que todas las escalas de evaluación incluyen a las emociones entre sus items y en los estudios de situaciones en que se produce la emoción, cuando existe TDAH, estos son más emotivos y no pueden controlar sus propias emociones.
A nivel psicológico existe déficit en el sistema emocional nervioso, presentando idénticas estadísticas incluso a edad adulta. Regulan peor las emociones negativas, presentan hostilidad e ira, y mejor las positivas, como la alegría, felicidad, afecto… Todas las evidencias demuestras problemas en la regulación de las emociones.
Llegados a este punto, cuando dejamos de mirar al déficit de atención y ponemos el foco en las emociones, se explican las comorbilidades, especialmente el TOD o Trastorno Oposicionista Desafiante, o trastornos negativistas, temperamental y frustrante.
Existen dos factores fundamentales en el trastorno, la actitud de negación, social y emocional, con lo que ahora se entiende que un trastorno neurobiológico tenga un componente emocional.
El niño que presenta TOD tiene el componente emocional del TDAH. Al quedar ahora claro que el TDAH está afectando a las emociones, podemos comprobar también que cuanto más grave es el TDAH, más grave es el TOD, y que este se presenta a los 2 años de aparecer el TDAH.
Los trastornos oposicionistas desafiantes son 11 veces más recurrentes en casos de TDAH que en el resto de la población, y suele aparece en la primera edad, generando un gran rechazo social. Con el tratamiento se puede prevenir, pero si no se trata a tiempo no remitirá demasiado y si no remite, requerirá de una gran intervención familiar.
El TOD persiste mucho junto con el TDAH hacia la edad adulta, pudiendo llevar a problemas de ansiedad y depresión.
TDAH, TOD y familia. A veces el TOD se aprende desde una familia desunida, pero otras veces el niño aprende que puede usar las emociones para manejar a las personas. Y muchas veces, TOD y TDAH se unen y si se quiere llevarlos hacia el aprendizaje social, se deberían tratar a todos los padres, e incluso en algunos casos, cambiar el entorno social.
Al incluir las emociones en el TDAH, también se entiende la aparición del riesgo de ansiedad, depresión  y trastornos conductuales, y se entenderá también que el mayor rechazo social no es por la hiperactividad, es por la furia, cólera, ira, impulsividad, y este rechazo es inmediato.
Un adulto con TDAH tiene muchas más posibilidades de destruir su matrimonio por la deficiente autoregulación. Y a un adulto con TDAH, padre de un niño con TDAH, le resultará mucho más difícil educar a su hijo, por su propia falta de control, impulsividad, etc.
Los afectados por TDAH cuando se frustran, se lanzan contra el resto, y esto NO es por la falta de atención, es por la furia…Accidentes de carretera, despidos del trabajo, compras por impulsos, peores ingresos, peores trabajos y sin olvidar la alta componente genética del trastorno, nos haría mirar a los padres… ¿Impulsivos etc…?
Estudiar las emociones, ayuda al diagnóstico y al tratamiento, ya que si no podríamos equivocar el diagnóstico. Las emociones son racionales, comprensibles y explicables. Los afectados por TDAH al no poder controlar sus emociones primarias les lleva a alteraciones del estado de ánimo, temperamento, personalidad, todas ellas a largo plazo persistentes.
La medicación es capaz de controlar los trastornos del estado de ánimo comórbidos, y con ello el resto de síntomas, la furia, la ira, la cólera, etc. Los fármacos ayudan controlando la supresión del sistema límbico, pero a dosis altas se obtiene a un niño sin emoción, se podría decir “robot”, sin embargo la atomoxetina parece que evita esto, activa el cingulado cerebral y mejora el control sin anular el límbico.
Fotos y Resumen: JL Cabero

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