- En clase, siéntate a primera fila para evitar distracciones.
- Mientras hagas los deberes, apaga el móvil y el Messenger etc , para concentrar toda tu atención en la tarea que estás realizando.
- Habla abiertamente con tu tutor sobre tu problema de atención y concentración con el fin de buscar conjuntamente la manera de aprovechar al máximo las clases. Por ejemplo, algunas escuelas permiten a sus alumnos con TDAH disponer de un poco más de tiempo para realizar sus exámenes.
- Utiliza una agenda o bloc de notas para organizarte donde apuntes los deberes, las actividades extraescolares u otras actividades. Tus padres, tu pareja o un amigo también pueden ayudarte a recordar tus tareas y a la vez, darte ánimos.
- Aprende técnicas de relajación que te ayuden a relajarte y concentrarte. Así mismo, practica ejercicio físico.
- Haz partícipe a tus amigos de lo que te ocurre. Explícales que en ocasiones actúas impulsivamente o dices cosas sin pensar. Si esto ocurre, discúlpate e intenta evitarlo en el futuro.
- Infórmate sobre el TDAH y habla con profesionales sobre este tema. Desde tu experiencia puedes ayudar a otros que se encuentran en tu misma situación.
CÓMO TENER UNOS BUENOS HÁBITOS DE ESTUDIO
Pero los buenos hábitos serán la clave del éxito en todas las áreas de tu vida.
Tener unos buenos hábitos de estudio es muy importante porque afecta al rendimiento académico. Por ello, os dejo unos cuantos consejos para que vuestros hijos adquieran estos hábitos.
Primero, es muy importante el lugar donde estudian y realizan los deberes. Este lugar suele ser la habitación de ellos. Un buen lugar de estudio debe disponer de una iluminación correcta, cuanta más luz natural mejor, cansa menos los ojos y el estudiante puede desviar la vista mirando por la ventana hacia un punto lejano para que los ojos no se fatiguen tanto (cuidando que la ventana no dé a un parque lleno de niños jugando). Cuanto menos ruido en la habitación, su rendimiento será mayor. Además, es apropiado tomar medidas para evitar las interrupciones constantes (el teléfono, la merienda, el hermano que entra a coger algo). La cooperación de todos los miembros de la familia es necesaria. No se trata de meter al niño en un búnker sin más estímulo que el ruido del lápiz pero sí intentar no hacer de su tiempo de estudio diario más complejo de lo que ya puede llegar a ser.
En cuanto al mobiliario, debe disponer de una silla y una mesa adecuadas a su altura que le mantengan la espalda erguida en una posición saludable.
Otro dato muy relevante es que debe tener todo el material necesario a mano y siempre en el mismo sitio con el objetivo de evitar perder el tiempo buscando lo que necesita con la consiguiente pérdida de atención en la tarea. Con este último fin también es recomendable estudiar todos los días en el mismo lugar ya que cambiar a otra zona requiere una adaptación al medio y produce distracciones.
Otra cuestión muy relevante es cómo realiza el estudio. Para ello, es muy importante que no se le olviden las tareas que tiene que realizar para casa, por lo que se recomienda con mucho énfasis que disponga de una agenda que lleve al colegio donde pueda anotar los deberes, trabajos, exámenes y fechas de entrega.
Como el sistema educativo no puede afrontar una educación más individualizada, es importante que en casa se controle en la medida de lo posible la realización de las tareas y corregirlas con el niño para que pueda aprender de sus errores.
Esta corrección debe hacerse sin criticar al niño, ni poner caras de desaprobación, con paciencia y sin esperar que estén hechos a la perfección; son cosas que le están enseñando y por lo tanto es imposible que sea un experto.
Si el niño necesita ayuda durante el estudio, esta debe facilitarse con paciencia ya que las manifestaciones de impaciencia de los padres (nadie dice que trabajar con los hijos no sea cansado) sólo conseguirán desmotivar y poner nervioso al niño y por lo tanto a empobrecer su rendimiento.
En los padres también existen inseguridades a la hora de ayudar a sus hijos al pensar que no se acuerdan o no saben hacerlo; pero esta ocasión es la oportunidad perfecta para enseñarle cómo buscar información, una herramienta más importante que la memorización, sobre todo actualmente pues la cantidad de información disponible es casi ilimitada. Hay que enseñar a aprender.
¿Pero cuanta ayuda debemos prestar a nuestros hijos a la hora de estudiar? La que sea necesaria.Cuanta más ayuda se le preste al inicio de la escolarización, menos necesitará más adelante. La ayuda se hará en función del rendimiento que tenga en las distintas materias. Para saber en qué podemos ayudarles y de qué manera, lo ideal es mantener una comunicación continua con sus profesores o tutor, y así se podría diseñar una estrategia conjunta enfocada hacia el éxito escolar del niño.
Otro consejo de gran relevancia para la creación del hábito de estudio es hacer con el niño un horario semanal en el que aparezcan tanto las horas de estudio como las de ocio. Este horario debe estar en un lugar visible para él. Es muy importante crear una rutina diaria, ya que esto no solo sirve para cuando es un estudiante sino también para la vida adulta. El horario debe ser claro, flexible y realista, pudiéndose modificar en función de las necesidades y capacidades del estudiante.
¿Cuántas horas deben de estudiar? No hay que olvidar que en cualquier horario debe haber un tiempo para el ocio y ser congruente con las capacidades y edad del estudiante. Si tiene la edad suficiente para determinar el tiempo de estudio, que sea él quien lo elija, si no, cada padre debe observar en qué momento rinde más y durante cuánto tiempo mantiene la atención.
Además, es adecuado ir intercalando tiempo de estudio con periodos de descanso porque no nos sirve que esté dos horas frente al libro si no está concentrado en la tarea. Por otro lado, las horas de estudio pueden ir aumentando gradualmente a lo largo del curso con incrementos pequeños de tiempo.
El horario puede cambiarse las veces que sean necesarias hasta que se consiga un horario realista que el niño pueda cumplir; además, debe permitir una cierta flexibilidad ya que no todos los días se realizan las mismas actividades ni a la misma hora. También se puede ir revisando y modificando cada cierto tiempo, por ejemplo cada mes, en función de la cantidad de trabajo que tenga.
OS AÑADIMOS ALGUNOS CONSEJOS MÁS:
- Tratar de estudiar a las mismas horas todos los días. Esto creará una rutina y cuando llegue la hora de estudio ya estará preparado mentalmente para ello.
- Fijar metas para las horas de estudio. Las metas ayudan para mantenerse enfocado y controlar su progreso.
- Empezar a estudiar en el horario programado. Si dejas las cosas para más tarde por cualquier razón, puede que no te de tiempo a terminarlo a la hora programada.
- Empezar con la asignatura más difícil ya que requerirá más esfuerzo y al iniciar el horario de estudio es cuando se tiene más energía mental.
- Cuando se tienen dudas sobre alguna tarea, puede ser de ayuda llamar a un compañero.
- Estudiar un poco también los fines de semana; aunque los fines de semana es para descansar y divertirse, también hay tiempo para repasar algo y así estar mejor preparado para el lunes.
Todos estos consejos pueden ayudar a que vuestros hijos tengan unos buenos hábitos de estudio que lograrán un mejor rendimiento académico.
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