jueves, 3 de abril de 2014

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH




Trastorno por déficit de atención e hiperactividad
En España lo padecen miles de niños que no pueden concentrarse en lo que hacen y especialmente en la lectura y en el estudio, son muy impulsivos y les cuesta atender, se dispersan fácilmente. Como es natural, estos niños se sienten angustiados y frustrados y los padres también y bastante preocupados. El TDAH afecta a cerca del 6% de la población. Hoy hablaremos de las características del síndrome y daremos sugerencias a los padres. En un aula de 30 alumnos puede haber 2-3 niños afectados y en el mundo laboral puede darse un 2%.

Estas son las características del TDAH: Gran inquietud e impulsividad, dificultad para mantener la atención y concentrarse, gran inmadurez en los lóbulos prefrontales, que son las áreas cerebrales encargadas de las funciones ejecutivas como la reflexión, decisión, etc. Aunque estos niños presentan más dificultad para el éxito escolar, no significa que sean incapaces. Impacientes, imprudentes e irreflexivos, miedosos e inquietos, hablan a veces sin pensar y no tienen sentido del tiempo. Todo o mejor, cualquier cosa les distrae y sólo pueden mantener la atención fija unos instantes.

Detrás de tanta  agitación e impulsividad hay que ser conscientes de que tenemos a un niño imaginativo e hipersensible, con gran inventiva mucha energía vital y que sufre por no poder realizar sus sueños de inmediato y se frustra.
Consejos a padres y educadores:

• Trasmitirles afecto, calma y serenidad mientras se les alienta, sonríe y se les da confianza.
• Ayudarle a saber organizarse y a saber organizar sus cosas con paciencia, a seguir un horario y enseñarle a relajarse, respirar profundamente y sonreír.
• Que divida las tareas en tiempos cortos, con tantos descansos como sean necesarios y reconocer y alabar frecuentemente sus logros.
• Hay que fijar un tiempo de descanso absoluto de plena liberación y descanso total, sin tareas ni preocupaciones.
• Jamás corregir al niño bajo efectos de enfado o de tensión, cuando Vd. o el niño estén en crisis.
• Trate de adaptar al niño a sus capacidades y focalice la atención en sus cualidades y voluntad y no le juzgue.
• Haga que se sienta valorado, admirado y querido y no deje Vd. de formarse, informarse y pedir ayuda a expertos y a otros padres con el mismo problema.
• Jamás caiga en la confrontación con el niño y elija momentos de calma y sosiego para cualquier comunicación importante tanto si es para corregirle como para motivarle.

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