El alumno con TDAH dedica más esfuerzo y tiempo, con peores
resultados
El neuropsicólogo José Gamo defiende que el maestro tiene
que ser un entrenador del cerebro, no un transmisor de información
unidireccional
La inmadurez en el lóbulo frontal asociada al TDAH hace que
los escolares con este trastorno tengan dificultades con su memoria a corto
plazo, con el inicio de tareas y con la autorregulación emocional, así como
para inhibir pensamientos, autocontrolarse y establecer metas. Todo esto
dificulta su vida académica, pero ¿qué se puede hacer con los alumnos con TDAH
en los Centros Educativos? José Ramón Gamo, especialista en Neuropsicólogía
infantil y director pedagógico del Centro de Atención a la Diversidad Educativa
(CADE), ha tratado de responder a esta pregunta durante su intervención en las
Primeras Jornadas Universitarias sobre TDAH organizadas por la Universidad
Francisco de Vitoria de Madrid.
José Ramón Gamo, especialista en Neuropsicólogía infantil y
director pedagógico del CADE
José Ramón Gamo en las Primeras Jornadas Universitarias
sobre TDAH.
En su opinión, en el sistema educativo actual “hay
herramientas, pero hay que transformarlas porque son metodologías del siglo
XX”. Por ejemplo, ha recomendado “cambiar el soporte de transmisión de la
información: más audiovisual y menos lectura”. “Nos cargamos a chicos porque
usamos métodos del siglo XIX, cuando tienen cerebros perfectamente preparados
para el siglo XXI”. Gamo ha asegurado que no conoce a ningún escolar con TDAH
vago y que lo que sucede es que tienen “problemas de perseverancia, de voluntad,
de inicio de tareas y de supervisión del tiempo, y no mantienen en el cerebro
la recompensa demorada”. “El alumno con TDAH es el que más esfuerzo y tiempo
invierte, con el peor resultado y con muchas críticas. Puede tardar media hora
en concentrarse con el triple de esfuerzo, lo que conlleva una bajada de
glucosa que causa fatiga”, ha explicado.
Así que, “si los estudiantes con TDAH tienen problemas de
organización, planificación e impulsividad, ¿por qué se les ponen trabas como
los exámenes?”, ha preguntado Gamo. Como es la forma de evaluación más común,
ha dado una serie de indicaciones para adaptar los exámenes a los alumnos con
TDAH. Por ejemplo, hacer un examen secuenciado, es decir, que el profesor lea
con el alumno las preguntas, establezca una secuencia y controle el tiempo
marcha atrás para que el cerebro esté en alerta. “Los estudios revelan que esto
mejora la nota entre 1,5 y 2 puntos”, ha afirmado.
Otra opción es hacer exámenes sin límite de tiempo u orales,
en los que el profesor evalúe si el alumno ha interiorizado la información y la
ha convertido en “un aprendizaje significativo que permite la adquisición de
nuevas competencias”. “La información está en red, ya no tiene valor, lo
importante son las competencias”, ha comentado.
Además, ha aconsejado que no haya carga de deberes: “la
cargabilidad no mejora ni afianza el aprendizaje. El cerebro aprende haciendo,
así que lo mejor es prolongar el aprendizaje en el tiempo -el cerebro tarda
seis meses en afianzar el aprendizaje-. La cargabilidad no tiene valor ninguno
y les quita tiempo de ocio. Estas miserias mecánicas no valen para nada”.
Gamo ha defendido que “los educadores no pueden dar la
espalda al conocimiento científico. Un maestro tiene que saber cuáles son las
funciones superiores del cerebro y entrenarlas en base al neurodesarrollo:
gnosias, praxias, lenguaje y función ejecutiva. En la escuela moderna, el
maestro es un entrenador del cerebro, no un transmisor de información
unidireccional”. En este sentido, ha abogado por la realización en las escuelas
de “tareas ecológicas con implicación emocional”, para que los estudiantes
“sean capaces de ser emprendedores, de resolver problemas reales y no tengan
miedo al fracaso”.
El especialista en Neuropsicólogía infantil ha lamentado que
se “critique, penalice y castigue la expresión de los síntomas del TDAH”, y ha
recordado que, si no se tratan, “los chavales con TDAH pierden competencia
cognitiva por falta de entrenamiento neurocognitivo, lo mismo que ocurre cuando
se aprende un idioma y no se utiliza”.
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