martes, 7 de diciembre de 2010

NIÑOS CON HERMANOS CON TDAH

Fuente: Judy Kendall, La experiencia de los hermanos de niños afectados por el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (ADHD), Sistemas familiares.

La profesora Judy Kendall, de la Universidad de las Ciencias de la Salud de Oregon, realizó una investigación sobre La experiencia de los hermanos de niños afectados por el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Dice: ” los niños y adolescentes con TDAH corren el riesgo de sufrir una serie de problemas emocionales y sociales, entre los cuales cabe mencionar su bajo rendimiento escolar y laboral, hechos de violencia y delictivos, aumento de sus conductas riesgosas y suicidas, depresión, embarazos de muchachas adolescentes, adicciones, dificultades interpersonales y perturbación familiar”.

“Hasta hace poco, los efectos de enfermedades y discapacidades crónicas infantiles sobre los hermanos no afectados no habían sido objetos de amplios estudios, pero ciertos trabajos recientes revelaron que el impacto que ejerce un hermano o una hermana con una enfermedad crónica es heterogéneo, y abarca toda una gama de efectos tanto positivos como negativos. Entre los negativos se cuentan la mayor vulnerabilidad a la depresión, la angustia, las afecciones somáticas, el resentimiento, la culpa, la vergüenza y la agresión. Entre los positivos, el aumento de la autoestima, la autoafirmación, la empatía, la madurez, la entereza o resiliencia y la cohesión familiar”.

En el estudio de la profesora Kendall, los hermanos identificaron siete tipos de conductas perturbadoras atribuidas al TDAH: agresión (física, verbal, resistencia pasiva, actos autodestructivos); hiperactividad descontrolada; inmadurez emocional y social; deficiente rendimiento escolar y problemas de aprendizaje; conflictos familiares (con consecuencias para los individuos, el matrimonio de los padres y el desarrollo de la familia); malas relaciones con los pares; y relaciones dificultosas con la familia extensa.

“Los hermanos que parecieron sufrir los efectos más negativos eran los que vivían en familias en que el miembro con TDAH era un adolescente, o había más de un hijo o progenitor con TDAH , o en la que los niños y adolescentes con TDAH recurrían a una mayor agresión (física, verbal, resistencia pasiva y/o actos autodestructivos). Los hermanos que parecieron soportar mejor la situación vivían en familias en la que los niños con TDAH eran de menor edad y recurrían a un menor monto de agresión”…

“Según la pauta predominante de perturbación, el niño con TDAH hacía algo que requería la atención de los demás o los afectaba de algún modo. Las otras pautas surgidas en la familia como reacción a la convivencia con el niño con TDAH fueron: los hermanos menores irritaban el proceder perturbador del niño con TDAH ; los miembros de la familia, en especial los hermanos, se vengaban de éste o iniciaban una escalada de sucesos perturbadores; los esquemas de comunicación familiar se volvían inoperantes y en lugar de disminuir el problema lo incrementaban (gritos, peleas, conducta

de evitación, negaciones, excusas, o dejar que el niño con TDAH “se pusiera loco”).

El resultado de todo ello era que para muchas de estas familias la perturbación pasaba a ser su modalidad habitual de vida y la convivencia familiar giraba a menudo en torno del niño que padecía el trastorno y sus comportamientos perturbadores, difíciles de abordar. Los hermanos señalaban que tenían que adaptarse en forma permanente a la perturbación, y destacaban los efectos negativos que esto tenía en ellos y en la vida familiar”.

El estudio concluye con la necesidad de seguir investigando el tema, y sugerir a las familias, con algún miembro con TDAH que soliciten asistencia familiar. Desde el punto de vista social tener en cuenta que este trastorno crónico va a requerir de las organizaciones educativas y sociales algunos cambios adaptativos

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