Diagnóstico y orientación en alumnos con TDHA desde los Servicios de Orientación Escolar institucionales.
por Fundación CADAH
La orientación escolar en España se institucionalizó e integró como servicio de apoyo externo a los centros educativos a mediados de los años ochenta y, complementariamente, a las sucesivas leyes y normativas que potenciaron la atención a la Diversidad desde la propia institución escolar para adecuar el marco legal a las nuevas ideas de atención y protección de los derechos de las personas con “necesidades educativas especiales” así como la orientación adecuada en los estudios y vocación y el asesoramiento al profesorado. Desde entonces y hasta la actualidad, la organización y estructuración de estos servicios han sufrido variadas modificaciones por razones de una u otra índole y en función de las decisiones de las distintas administraciones autonómicas con competencias en materias educativa (prácticamente, todas hoy en día).
Sin entrar en un análisis pormenorizado de la situación actual de estos servicios en las distintas Comunidades autónomas, podemos decir que, en mayor o menor medida, reúnen ciertas características comunes: Constituyen servicios de apoyo externo a la institución escolar, su funcionamiento está zonificado y organizado por niveles y etapas educativas y realizan funciones de diagnóstico, asesoramiento y orientación en el ámbito del centro, la familia y los alumnos. Suelen estructurarse según los niveles y etapas que atienden y se distribuyen de forma distinta según dichos niveles. Por lo general, existen Equipos o Servicios de Atención Temprana para la etapa de 0 a 3 años, Servicios de Orientación escolar para centros que cuentan con Educación Infantil y Primaria (3-6 y 6-12 años) y Departamentos de Orientación para los IES (tanto si tienen ESO y Bachillerato como si, además, imparten Módulos profesionales). Los servicios de Atención Temprana y de Orientación Escolar tienen carácter externo a la institución escolar y funcionan bajo demanda de atención prioritaria por lo que su presencia en los centros varía entre 1 vez por semana o por quincena y están constituidos por psicólogos, pedagogos, PTSC y Logopedas. Los Departamentos de Orientación de los IES constituyen, por el contrario, un servicio integrado en el propio centro y forman parte de la estructura de la propia institución, organizados como Departamento (equipo de profesionales con la misma materia o función) y con entidad propia en el centro y dirigidos, generalmente, por un Psicólogo o Pedagogo, que ejerce su Jefatura. Esta diferenciación se realiza en función de la distinta respuesta educativa y orientadora que requieren estas etapas.
En cualquier caso, sus objetivos y funciones están bien determinados y responden a tres aspectos concretos para atender al alumnado: realizar el diagnóstico psicopedagógico de los alumnos que lo precisen y el informe correspondiente, proceder al seguimiento de los mismos y establecer el marco de actuación de los recursos personales, materiales y metodológicos para dar una respuesta eficaz y un asesoramiento adecuado a profesores y familias.
En este marco institucional es donde se realizan las distintas actuaciones de atención a la diversidad dentro de las que se encuentran aquéllas que han de responder a los alumnos con TDHA (y por extensión a todos aquéllos que presenten necesidades educativas específicas) y que establecen el tipo y grado de respuesta desde estos Servicios de orientación.
En el marco organizativo y administrativo anteriormente señalado es en el que se realiza la función de los equipos de orientación y/o de atención temprana.
Por todo ello es conveniente que, a fin de conseguir una respuesta adecuada eficaz para los alumnos de TDHA, se conozcan y tramiten adecuadamente tanto las peticiones como la labor de coordinación y toma de decisiones en la que siempre se ha de procurar la implicación de la institución, la familia y el alumno. Para ello es necesario que se tenga muy en cuenta dos aspectos clave para la adecuación y atención eficaz de las intervenciones educativas: conocer el protocolo de intervención psicopedagógica y las orientaciones y estrategias de intervención planteadas a través del informe pertinente. Son imprescindibles para conseguir una buena respuesta educativa, tanto si requiere adaptación significativa (ajustes amplios del currículum) como si sólo son precisas medidas metodológicas u organizativas (no significativas).
En relación al protocolo de intervención se ha de tener en cuenta que los servicios de orientación se ponen en marcha mediante una “demanda formal”, dada por escrito y, generalmente, a propuesta del tutor/a del alumno en cuestión. El tutor puede o no tener mayor información vía familia u otros profesionales (pediatra, psicólogo, etc.) por lo que es recomendable que siempre se aporte informe documentado si lo hubiere –hecho que en muchas ocasiones no se lleva a cabo, y que de hacerlo facilita bastante la labor diagnóstica posterior-. Las demandas son estudiadas y analizadas por el equipo de orientación en colaboración con profesores y jefatura de estudios, haciendo un primer filtro para detectar y planificar la intervención. Para los alumnos con posible TDHA se requiere, aparte de pruebas específicas y de capacidad o personalidad, en su caso, la derivación a servicios médicos para confirmación del diagnóstico y posible medicación, por lo que, generalmente, el diagnóstico final suele ser un poco más lento que otros tipos de dificultades. También hay que descartar comorbilidades (otros posibles trastornos o deficiencias que pudieran aparecer conjuntamente). Si las pruebas lo confirman, el Servicio de Orientación correspondiente emitirá un Informe psicopedagógico y un dictamen de propuesta de escolarización que será confirmado por los servicios de inspección correspondientes y que formalizarán la atención específica requerida por el/la alumno/a. A partir de aquí, y de acuerdo con las orientaciones y estrategias sugeridas en el informe se pone en marcha la organización de recursos personales y materiales y la respuesta didáctica específica para el aula. Suelen también aparecer recomendaciones a la familia tanto para el ámbito del hogar como en relación a la coordinación con el centro escolar. Este informe se recoge en el expediente académico del alumno y es informado a los padres. Su importancia reside en que, a través de él, podemos establecer los objetivos didácticos a trabajar, las estrategias a tener en cuenta tanto dentro como fuera del aula, los ajustes metodológicos y la asignación de los recursos. Los padres deben ser conscientes y estar debidamente informados de estas propuestas y constituye un documento básico para todo el trabajo posterior de intervención y seguimiento. El cual se lleva a cabo a través de la respuesta educativa y la evaluación sistemática y en la que los Servicios de orientación escolar intervendrán para el seguimiento y orientación hasta acabar la etapa. Por todo ello es necesario que se tome siempre el punto de partida en el informe y que se solicite coordinación y seguimiento de las pautas y estrategias a estos servicios, tanto por parte del profesorado como de las familias. Se realizarán revisiones de la situación del alumno y de los posibles cambios de modalidad o propuestas de escolarización posterior mediante estos informes por lo que siempre es conveniente que familias y profesores o profesionales que atiendan a estos alumnos coordinen las actuaciones de acuerdo con las propuestas incluidas en los mismos.
Cristóbal Calderón Machuca
Orientador escolar
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