miércoles, 22 de mayo de 2013

Niños con TDAH, propensos a la obesidad



BoredUn estudio halló que los chicos con el trastorno tenían el doble de probabilidades de tener un IMC más alto cuando ya eran hombres.
Los chicos diagnosticados con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) tienen el doble de probabilidades de volverse obesos en la adultez que los que no sufrían el trastorno en la juventud, muestra un nuevo estudio que duró treinta años.
Los investigadores hallaron que los hombres con TDAH infantil tendían a tener un índice de masa corporal (IMC) más alto y obesidad, aunque ya no presentaran síntomas del trastorno. Los factores socioeconómicos no cambiaron la situación: tanto ricos como pobres tendían a la obesidad.
"La moraleja es que los chicos que eran hiperactivos resultaron ser más propensos a la obesidad que niños comparables de las mismas comunidades, al darles un seguimiento de más de treinta años", aseguró el coautor del estudio, el Dr. Francisco Xavier Castellanos, profesor de psiquiatría infantil y adolescente del Centro de Estudios Infantiles del Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.
"Realmente parece reflejar la hiperactividad temprana. Su diagnóstico actual no importa tanto, así que pensamos que se trata de problemas duraderos que probablemente surgieron a principios de la adolescencia", añadió.
Una falta de control sobre los impulsos y unas habilidades deficientes de planificación, unos síntomas que con frecuencia se asocian con el TDAH, podrían llevar a unos hábitos alimentarios y unas opciones de comida negativas, además de la tendencia a comer de más, especularon los autores.
"Encaja con otros estudios, y sugiere que la incapacidad de controlar los impulsos, la tendencia a ser relativamente impulsado por las recompensas, podría representar un riesgo de obesidad con el tiempo", señaló Castellanos.
El estudio, que aparece en línea el 20 de mayo y en la edición impresa de junio de la revista Pediatrics, dio seguimiento a 111 hombres diagnosticados con hiperactividad infantil, realizando controles a los 18, a los 25 y a los 41 años. Para la adultez, el 41 por ciento se habían hecho obesos, en comparación con un grupo de control sin hiperactividad que tenía una tasa de obesidad del 22 por ciento.
Los resultados generan cierta confusión, dijo Castellanos.
"El patrón de resultados fue, hasta cierto punto, contraintuitivo", dijo. "Pensamos que observaríamos el efecto más potente en los hombres que manifestaron TDAH en la adultez, pero no fue así. Esto sugiere que no es algo que se relacione de forma muy estrecha con el diagnóstico actual, sino con la tendencia a tener el diagnóstico".
Los hallazgos contradicen los de un estudio anterior que mostró que los hombres adultos hiperactivos tenían una mayor tendencia a la obesidad que los hombres que habían dejado detrás el TDAH infantil, comentó el Dr. Craig Surman, coordinador científico del Programa de Investigación del TDAH en la Adultez del Hospital General de Massachusetts, en Boston.
"El resumen sencillo sería que no sabemos, porque para saber hay que replicar los estudios", planteó. "Ahora la pregunta es por qué los hallazgos son distintos".
Las investigaciones futuras también deben tomar en cuenta si las mujeres con TDAH infantil son tan propensas como los hombres con TDAH infantil a volverse obesas, y si controlar la hiperactividad con fármacos puede tener un impacto, señaló Surman.
El TDAH es más común en los chicos que en las chicas; se diagnostica al 12 por ciento de los chicos de EE. UU. de 3 a 17 años de edad, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU.
El vínculo entre el TDAH y la obesidad se ha convertido en un tema de gran interés, dado que se han reportado tasas elevadas de obesidad en los niños con el trastorno, comentó Surman. La obesidad puede llevar a enfermedades cardiacas y diabetes más adelante en la vida.
"Es muy importante comprender las formas en que el TDAH afecta a la vida y al cuidado de uno mismo", enfatizó Surman. "Hace tiempo sabemos que los escritorios y las casas de las personas no es lo único que está desordenado. En algunas personas, también hay una falta de capacidad de controlar la forma en que se cuidan".

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