El TDAH no es una enfermedad, sino un trastorno que puede
manejarse. Los padres no pueden transformar al niño o adolescente, pero sí
ayudarle a controlar mejor su comportamiento y a sobrellevar las dificultades
asociadas a esta condición. Más importante aún, pueden ayudarle a desarrollar
plenamente sus habilidades y talentos.
En este sentido, es fundamental prevenir el efecto
devastador que puede tener esta condición en su hijo: la pérdida de la
autoestima. El desarrollo de la autoestima es un proceso dinámico que dura toda
la vida. La autoestima tiene que ver con la valoración que una persona tiene de
sí misma. Si esa persona siente que es, por ejemplo, menos inteligente o guapa
de lo que le gustaría o "debería" ser, se dice que tiene la autoestima
baja. Si, por el contrario, se siente cómoda con sus atributos, tendrá la
autoestima alta.
Lamentablemente, muchos niños con TDAH reciben comentarios
negativos por parte de la familia, los profesores y los compañeros. Es posible
que en clase, profesores y compañeros lo tilden de "pesado" o
"maleducado". De hecho, varios estudios demuestran que los niños con
TDAH:
Sienten que tienen más problemas, y que son más impopulares
y menos felices que los niños de su edad.
Esto puede deberse a diferentes motivos:
Sus dificultades para controlar su conducta hace que tenga
problemas en sus relaciones con los demás (amigos, compañeros de clase,
hermanos...) y por lo tanto, sentirá que sus habilidades sociales son insuficientes.
El niño con TDAH, generalmente con bajo rendimiento escolar,
se compara con sus compañeros y amigos, y se da cuenta, por ejemplo, de que ha
necesitado toda la tarde para resolver un trabajo que sus amigos hicieron en
una hora.
Estos niños suelen equivocarse más que el resto. Se
esfuerzan en hacer bien las cosas, en agradar a los demás, pero los resultados
no siempre son satisfactorios y suelen cometer más errores que los otros,
incluso cuando se esfuerzan más.
A raíz de este esfuerzo sin éxito se sienten frustrados, ya
que "todo lo que hago me sale mal."
A menudo deben enfrentarse a actividades que les exigen
poner más atención o autocontrol del que poseen, aumentando así su sensación de
frustración o fracaso.
Es muy difícil educar a un niño con TDAH. En unas ocasiones
se comporta de forma muy inteligente y madura, y en otras, parece dos años más
pequeño. Esto desconcierta a los padres; con frecuencia se enfadan con él y le
regañan, dándole información negativa sobre su comportamiento.
Tras hacer mal algunas tareas, los adultos dejan de darle
responsabilidades por miedo a que no las cumplan. De esta forma, el niño
comienza a sentirse incapaz e inseguro.
Así, si el niño con TDAH no es tratado correctamente tendrá
problemas de autoestima y síntomas depresivos. Además, no sólo continuará
teniendo dificultades para atender y controlar sus impulsos, sino que llegará a
rechazarse a sí mismo, a la escuela, a los compañeros o amigos y/o incluso a la
familia, mostrándose desmotivado para superar sus dificultades.
El bajo nivel de autoestima se puede demostrar de 3 maneras:
Dice "no lo pienso hacer, esto es una tontería, es
demasiado fácil". En este caso, el niño se enmascara haciéndose el
prepotente; sin embargo expresa de forma encubierta que lo que se le pide le
resulta difícil. Es importante no confundir a este niño con uno que posea una
elevada autoestima.
Al decir "lo haré después, ahora no puedo",
intenta evitar la tarea, no expresa abiertamente sus dificultades y trata de
esconder su sensación de incapacidad.
"No lo quiero hacer, pues me cuesta y no lo
conseguiré". Con esta frase, el niño expresa abiertamente sus
dificultades.
Pautas de mejora
Un diagnóstico y tratamiento precoz podrá contener el
sentido de autoestima baja, ayudándole a reconocer y desarrollar sus
potencialidades personales. La autoestima del niño solo mejorará cuando él o
ella se sienta competente. No es que estos niños no puedan o no quieran; sí
pueden y sí lo hacen, pero para ellos es un poco más difícil.
Para mejorar la autoestima de su hijo, usted puede dar
algunos pasos:
Descubra qué tiene de especial y dígaselo
Utilice el elogio, teniendo en cuenta sus dificultades y el
grado de esfuerzo que ha empleado, y comente todos los aspectos positivos de su
conducta. Anímelo, reconozca sus intereses y dele atención positiva.
Recompénselo cuando cumpla con sus expectativas y asegúrese de que no sólo se
sienta apreciado, sino que sepa que es especial para usted.
Busque un espacio para hablar acerca de lo que ha ocurrido
en el día e invítelo a actividades especiales (como ir con sus hermanos a tomar
un helado o al parque).
También es importante que muestre interés y asista a las
actividades en las que participe (escolares, deportivas, artísticas, etc.),
reconociendo ante los demás su esfuerzo y sus aportaciones. Todo esto le
ayudará a sentir que es valorado y querido, a pesar de su inatención o
hiperactividad.
Utilice mensajes positivos
Esto servirá para mejorar su comunicación con él. Intente
sustituir el verbo "ser" por el verbo "estar". Por ejemplo,
en lugar de decirle, "eres un desordenado", dígale "tu
habitación está desordenada". De esta forma usted le demuestra que su
conducta es incorrecta, sin atacar su autoestima.
Crea en él
Es importante que le ofrezca la oportunidad de asumir
responsabilidades en el hogar, mediante actividades que le hagan sentir útil e
importante. Puede empezar ofreciéndole actividades en las que usted sabe que
puede conseguir éxitos, como darle comida al perro o gato, cortar el césped
poner la mesa.
También puede alternar con los hermanos los quehaceres del
hogar, la oportunidad de decidir a qué restaurante de comida rápida visitar o
el privilegio de ocupar el asiento delantero del automóvil.
Enseñe a su hijo a descubrir en qué es bueno
Algunos niños con TDAH pueden sentir que no hacen nada bien
y que nada de lo que hagan complacerá a nadie. Algunos comportamientos normales
en algunos niños, como permanecer quieto durante mucho tiempo, pueden costarle
a su hijo mucho trabajo. Es importante que usted tenga en cuenta este esfuerzo,
lo elogie y lo premie.
También puede alentar a su hijo en aquellas áreas en las que
ha demostrado una habilidad especial, como el deporte, la música o contar
historias. Estas habilidades pueden convertirse en una fuente de orgullo y
logros, e incluso pueden llegar a ser más importantes en la vida del niño que
sus propias dificultades. Asegúrese de que sienta que es bueno y que esto lo
haga sentir valioso.
Ayúdelo a analizar correctamente sus problemas
Es posible que al realizar su tarea escolar, su hijo se
olvide de escribir la respuesta a una pregunta, o le falten números en una
cuenta. Cuando le demuestre su error, explíquele que este no ha ocurrido por
una cuestión de inteligencia, sino por una distracción.
Ayúdelo a aceptar sus propias limitaciones
Hágale saber que comprende sus sentimientos y que puede
ayudarle a que entienda que todos tienen dificultades en algunas áreas y capacidades
en otras.
Evite las ironías o comentarios como "eres un
inútil", "haces todo mal" o "eres un irresponsable",
ya que ridiculizan el comportamiento del niño y le hacen sentir que no vale
para nada.
Estimule su sentido de responsabilidad enseñándole a ayudar
a los demás
Su hijo puede ayudar a los niños más pequeños en el
vecindario (cuidándolos o protegiéndolos, por ejemplo) y en la escuela
(sirviendo de ayudante a maestros de niños menores). De esta forma, su hijo se
sentirá competente y capaz de hacer una diferencia en la vida de los demás.
Juegue con su niño
Deje que su hijo escoja y dirija el juego o actividad y, si
no es demasiado obvio, deje que él o ella gane.
Enséñele a sentir que es normal cometer errores
El niño debe entender que los errores no son fracasos, sino
pasos importantes en el proceso normal de aprendizaje. Para ello, es importante
que usted sea el primero en demostrar cómo aceptar errores y obtener provecho
de ellos.
Además, usted deberá adoptar expectativas realistas en
cuanto a lo que se puede esperar de su hijo en determinadas situaciones.
Evite reaccionar excesivamente a los errores del niño,
explíquele que todos pueden sentir miedo de cometer errores y hable de sus
propios errores con sinceridad.
Reconozca las habilidades y los logros de su hijo antes de
corregir los errores.
Acepte a su hijo
Antes de intentar mejorar el sentido de seguridad personal
del niño, son los adultos los que deben cambiar su manera de verle. Usted deberá
separar al niño de la conducta, y luego separar al niño de la discapacidad.
Aprenda a valorar a su hijo como persona, no solo sus éxitos
y competencias.
Fuente:
FEAADAH
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