En unas nuevas directrices que fueron publicadas el domingo, la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) expandió el rango de edad para el diagnóstico y tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) a niños de pequeños de hasta cuatro años y a niños mayores de hasta 18.
Para los niños más pequeños, la academia enfatiza el uso de tratamientos conductuales en lugar de fármacos en la mayoría de casos.
“Creo que los cambios más significativos son la expansión de las edades desde el preescolar hasta la adolescencia. Las directrices originales indicaban de 6 a 12 años de edad, porque era lo que la evidencia respaldaba. Pudimos ampliar el alcance de las directrices porque había mucha más evidencia disponible para preescolares y adolescentes”, apuntó el autor líder de las nuevas recomendaciones, el Dr. Mark Wolraich, profesor de pediatría CMRI Shaun Walters y profesor presidencial Edith Kinney Gaylord del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oklahoma en esa ciudad.
Wolraich añadió que las nuevas directrices también dan a los pediatras consejos sobre la gestión de los problemas de falta de atención o hiperactividad que no cumplen del todo la definición de TDAH.
Las nuevas directrices serán presentadas en la reunión anual de la academia en Boston, y aparecerán en la edición de noviembre de la revista Pediatrics.
Más de 5 millones de niños de EE. UU. han sido diagnosticados con TDAH, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Los niños que sufren del trastorno muestran señales de falta de atención, impulsividad e hiperactividad. Quizás no puedan prestar atención en clases, o tal vez pasen mucho tiempo moviéndose en su butaca o hablando sin parar. Aunque la mayoría de niños muestran este tipo de conducta en algún momento, se convierte en un problema cuando ocurre la mayor parte del tiempo, según el Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU.
El tratamiento del TDAH puede incluir fármacos o terapia conductual, o ambas cosas. De hecho, Wolraich apuntó que “la combinación de fármacos y terapia conductual probablemente sea la mejor opción cuando es posible”.
Un estudio reciente que aparece en la edición en línea del 28 de septiembre de la revista American Journal of Psychiatry halló que el uso de medicamentos para el TDAH ha aumentado, ya que actualmente cinco por ciento de los niños estadounidenses toman estimulantes como Ritalin o Adderall para tratar el trastorno. Los investigadores sugirieron que el aumento podría deberse a un mayor reconocimiento del TDAH como afección crónica, lo que lleva a que los niños tomen los medicamentos durante periodos más prolongados.
Las nuevas directrices recomiendan que a menos que un niño del grupo de edad de 4 a 6 años tenga un problema grave, el primer tratamiento a intentar debe ser la terapia conductual. Los medicamentos se pueden añadir luego, si resulta necesario.
“Aunque hay menos evidencia [de los resultados en este grupo de edad], la esperanza es que si un niño tiene problemas graves, iniciar el tratamiento en el preescolar llevará a mejores resultados”, señaló Wolraich.
El Dr. Richard Gallagher, director de proyectos especiales del Instituto para Trastornos por Déficit de Atención con Hiperactividad y de la Conducta del Centro de Estudios Infantiles de la NYU en la ciudad de Nueva York, advirtió que “los fármacos se deben usar con mucho cuidado. Admito cierto prejuicio ya que sobre todo hago trabajo conductual, y éste tiene sus límites. Si un niño está llegando a una situación peligrosa o presenta problemas para interactuar adecuadamente con pares y adultos, los medicamentos pueden resultar muy útiles. Cuando se monitorizan con cuidado, los medicamentos son seguros para la gran mayoría de niños”.
Las directrices también enfatizan la necesidad de que los pediatras reconozcan que el TDAH es una afección crónica, y aunque hay tratamientos disponibles para controlar los síntomas, el trastorno no tiene cura.
Wolraich dijo que uno de los motivos de que la AAP expanda la edad hasta los 18 es que algunos estudios han mostrado que el TDAH continúa en la adolescencia tardía, e incluso en la adultez.
“El TDAH es una afección crónica. Podemos proveer tratamiento sintomático, pero no cura la afección. El tratamiento tiene que ser un proceso continuo. Los síntomas pueden cambiar con el tiempo, y hay que tener en cuenta el cambio en el tratamiento a medida que el niño se desarrolla”, apuntó Wolraich.
“Por lo general, los niños toman los medicamentos durante unos tres años. Para algunos, es suficiente. Les da tiempo para mejorar en la compensación de sus déficits. Pero en muchos niños, la necesidad de tratamiento es continua”, añadió.
Gallagher recomendó que los padres traigan a colación cualquier inquietud que tengan sobre su hijo con el pediatra. “Es una afección que se puede reconocer temprano”, afirmó.
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